Un paso más
Hay momentos en la vida de un actor en los que un personaje te atrapa. Así me atrapó a mi esta 'cosa'. Aigor es un reto interpretativo que va más allá de todo lo que he hecho hasta ahora, y es único en cada ensayo. Aigor es caótico, irreverente, y jamás se ha cortado ni un pelo en decir lo que siente. Desde mi físico a mi forma de pensar, todo cambia cuando me pongo esta capucha, y realmente me importa bien poco morirme de calor durante los ensayos, que me pique el pelo como si no hubiera un mañana, que me duelan los ojos de tanto tenerlos abiertos o que mi voz se transforme hasta límites insospechados.
Este tipo, más allá de Marty Felman y su grandiosa interpretación en 'Young Frankenstein', es un ser único e irrepetible. En un principio, cuando 'me escogió', yo no le quise, tan acostumbrada que estaba a cualquier otro tipo de personaje, pero poco a poco, con el paso del tiempo, me ha hecho meter la cabeza en un 'swaroski', destrozar el cerebro de Hans Delbruck y comernos, los dos, una bronca de nuestro querido Doc, dar besos de vaca y bailar al son de su 'naaaadie me quiere...'
Aigor me emociona; nos gustamos y nos mezclamos en una simbiosis que unas veces en más perfecta que otras, pero en las que siempre gana él a la señora de cuarenta y tantos mas iva que, aun sabiendo que podria estar en su casita tralaralarita pasando un domingo tradicional, aceptó el reto de 'enamorarse' de él una nochevieja de hace muchos años, en una galaxia muy lejana.
Los aplausos que me regale serán mi recompensa.